De citadina a neocampesina, Ana Estíbaliz Gómez

Las contribuciones de la mujer rural son fundamentales en el desarrollo de la economía rural, la seguridad alimentaria y la mitigación de la pobreza rural. Por ello, desde el 2008, celebramos el Día de la Mujer Rural. 

Para festejarlo, pensamos que no hay mejor manera de hacerlo que contar una de sus historias. Sí, estuvimos charlando con una mujer rural bogotana, Ana Estíbaliz Gómez, quien a través de sus múltiples proyectos en áreas rurales de su localidad, ha trabajado el campo, ha reconstruido la memoria de su territorio y ha establecido proyectos de sensibilización que han impactado a niños, niñas y jóvenes. Particularmente, en la zona de El Verjón Bajo, en Santa Fe.

En medio de una conversación, que estuvo acompañada por el murmullo de una olla pitadora, conversamos con Ana sobre la cantidad de proyectos que tiene entre manos, sus motivos y la comunidad de mujeres rurales que convoca.

Ana es la lideresa encargada de la línea agroecológica y residente anfitriona del Bioparque casa Colibrí, lugar donde trabaja junto con la comunidad en la recuperación de la memoria campesina, ya que la zona de El Verjón “tiene una área de reserva forestal protectora del Bosque Oriental, que restringe mucho la cultura y tradición campesina de la zona, por lo tanto existe una fragmentación con la nuevas generaciones, ya que desconocen la tradición indigena de la zona y los asentamientos campesinos que tienen cerca de 120 años”, nos cuenta Ana al respecto de su trabajo en el Bioparque.

Contando el presente, se ve obligada a hacer un viaje al pasado, cinco años atrás, donde nos cuenta del nacimiento de su organización de base familiar “Ue Fahaoa - Casa en las Nubes”, donde interactúa con las familias en proyectos relacionados con el trabajo de la tierra y, en el camino, reconstruyen las memorias de las personas y de la misma tierra que están labrando.

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Durante este proyecto, que relaciona personas y territorio, funda la acción colectiva grupal Elunei, que en muisca significa: regalo del cielo, una organización de mujeres que se dedica a la huerta y a la salvaguarda de semillas. Hacer dinero con este oficio no es su meta, al contrario, su meta es el cuidado y el desarrollo de prácticas agroecológicas y amables con el territorio, es ese sentido se autodenominan "una experiencia de amor, conservación y conciencia ambiental". Para Ana, la creación de esta acción colectiva es necesaria, ya que “las mujeres son las que trabajan el doble pero no reciben salario, cuando venden sus productos le pagan a sus maridos, por ello es importante el empoderamiento mediante la reconexión con el ambiente y el territorio”. 

Este trabajo con la comunidad inevitablemente le ha llevado a tener contacto con la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, en particular con los estímulos de Es Cultura Local, que le permitieron darle impulso a su Festival Nativo Americano de Arte y Tradición (Fesnativa), un formato de varios días con fiesta campesina, feria gastronómica, recorridos turísticos, conversatorios y muestras artísticas creadas en el territorio.

En este Día de la Mujer Rural queremos celebrar a Ana, a todas las mujeres que la acompañan en sus proyectos y a todas aquellas que con sus manos hacen su inestimable contribución al cuidado y trabajo del campo para beneficio de todas las bogotanas y bogotanos.