El venado de oro

Durante la conquista española, en el siglo dieciséis, los indígenas Muiscas escondieron muchos tesoros en cuevas, huecos y cerros inclinados alrededor de Bogotá. Uno de estos tesoros fue escondido en una cueva del Cerro Guadalupe, era un venado de oro de tamaño natural junto con numerosas joyas indígenas creadas por los Muiscas.

El Patetarro

Leyenda de las zonas mineras de Antioquia, Chocó, Cundinamarca y otras regiones de Colombia. Algunos mineros dicen que han visto a un hombre y a una mujer andando juntos. El hombre tiene un cuerpo descomunalmente grande y peludo, le falta una pierna de la rodilla para abajo y  la ha reemplazado con un palo de guadua, que a su vez parece un tarro y usa para hacer sus necsidades. Cuando está lleno de inmundicia, derrama el tarro en algo sembrado y allí nace la gusanera, y todas las plagas. Como consecuencia, las cosechas se dañan. 

El Mono de la Pila

Dicen que en el año de 1583, época en la que los indios lavaban la ropa en los ríos San Francisco y Manzanares, la gente del pueblo debía bañarse en ellos y recolectar agua para cocinar. Por estos esfuerzos que debían hacer y por las caminatas que debían hacer para llegar a estos ríos, se promovió en la ciudad una petición a la Real Audiencia, en la que se habló sobre la urgente necesidad y conveniencia de conducir el agua hasta la plaza, de donde se tomaría de una fuente.

El mito de la serpiente fueteadora

Muchos de los nativos de regiones selváticas como las del Putumayo, Caquetá y Amazonas, narran que han visto una serpiente larga que acecha entre la espesa vegetación, los senderos, trochas y caminos. Al toparse con cualquier caminante hombre, se abalanza contra él, lo amarra y les da tremenda paliza con su cola. Lo deja con morados y golpes en todo su cuerpo.

El loco Arias

Hacia 1870, Bogotá fue administrada por el Alcalde Bruno Arias, casado con la señora Paulina Jiménez, quienes tenían un hijo llamado Eduardo Arias Jiménez, con el sobrenombre de "el Loco Arias".

Según la leyenda, el "Loco Arias" era un galán inteligentísimo. Adquirió sus conocimientos por sí sólo, era muy curioso y leía mucho. Excelente orador, quien pronunciaba enérgicamente y de memoria los afamados discursos de Homero, Marco Tulio Cicerón, Demóstenes, Julio César, Napoleón Bonaparte, George Washington, Simón Bolívar, entre otros.

El Duende

Cuentan que los duendes habitan en lugares donde hay guaduas, árboles muy altos y fincas lejanas. Dicen quienes lo han visto, que para espantar a los duendes es necesario tocar un tiple (instrumento parecido a la guitarra) bien templado al son de las vacas que llaman.

El Dorado

La gran imaginación de los conquistadores, los llevó a ver en sus delirios, un brillante pueblo con calles y casas de oro, donde el preciado metal era tan abundante y común que prácticamente todo se construía con oro, incluyendo los utensilios de cocina. Fueron entonces los conquistadores los que trajeron y construyeron la leyenda de El Dorado, junto con lo que los indígenas de aquella época les contaban.

El diablo en el Puente del Común

Cuentan algunas personas de Cundinamarca que el Puente del Común, el que está ubicado en la vía de Bogotá a Zipaquirá, fue construido por Satanás y los diablos del infierno. Florentino, un maestro de obra obtuvo el negocio con el gobierno para construir el Puente Grande o del Común, pero como no tenia dinero para iniciar la obra, y tampoco quien le proporcionara el dinero en préstamo, resolvió venderle el alma al diablo para que este le ayudara en su construcción.

El cazador fantasma

Desde hace mucho tiempo, en nuestro país existe la leyenda del cazador fantasma. Dicen que persigue venados de oro, armadillos, tortugas colmillonas, castores y liebres en los bosques de clima frío y en quebradas cristalinas.



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