Celebramos el Festival Gabo en Bogotá

Siempre he admirado el poder de las historias. El talento de quienes son capaces de encontrar las palabras y construir los relatos que hacen más rica, más grande, más diversa la realidad. En mi formación como bailarina comprendo profundamente la importancia del ritmo, del movimiento que cautiva, y sé que en el universo de las palabras ambas cosas son esenciales para conseguir narrativas que transformen la realidad. Este año Bogotá fue nuevamente la sede, y esperamos pueda serlo muchos años más, del Festival Gabo, un evento que celebra las historias y a quienes las escriben, y que en su décima primera versión nos entrega aprendizajes esenciales para entendernos como una ciudad que cuida desde los relatos que potencia, una ciudad que se nombra y reconoce en sus múltiples diversidades, una ciudad que tiene mucho que contar.

En esta versión del Festival, desde la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, hicimos algo especial al generar programación gratuita en diversos escenarios como la Cinemateca de Bogotá, Distritos Creativos y nuestras bibliotecas públicas de Biblored: Manuel Zapata Olivella, Gabriel García Márquez, Virgilio Barco y también la Julio Mario SantoDomingo. Allí se vivieron diversos encuentros y actividades que contaron con la participación destacada de narradores como Leila Guerreiro, Martín Caparrós, Roberto Herrscher y Federico Bianchini, entre otros. Voces que han nombrado el presente para expandirlo, y que nos han entregado pistas sobre la mejor manera de seguir construyendo el futuro desde la palabra.

Pensar en el periodismo y el papel de las historias es vital para una sociedad democrática. Plantearnos las preguntas fundamentales sobre qué historias contamos y cómo las contamos, sobre cómo interactúan esas historias con las comunidades, y sobre las formas en que la palabra puede conectar movimientos y actores, es indispensable en el ejercicio de una ciudadanía cultural capaz de construir en colectivo las acciones que transforman la vida cotidiana. Esto, lo hablamos en los tres días del Festival Gabo, los y las asistentes pudieron escuchar a quienes mejor conocen el oficio y plantear sus inquietudes durante las charlas, trabajar y profundizar en sus proyectos en los talleres, y alimentarse en el diálogo que expande los horizontes de un oficio.

El saldo, una vez terminada esta versión del Festival Gabo, es esperanzador y positivo. Hay muchas historias por contar, y muchas personas dispuestas a contarlas. Seguiremos apoyando ese talento, seguiremos creando historias diversas que enriquecen la vida. Y seguiremos con toda la disposición para que futuras ediciones del Festival Gabo encuentren en Bogotá su escenario natural.

Feliz semana.

Catalina Valencia Tobón

Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte