El niño de azúcar

Autor: Leonardo de Mello -Brasil.
Enrique quería comer sólo caramelos. No le importaba que le diera caries en sus dientes, porque eran de leche y ya se le caerían. Tampoco le importaba que por no comer no creciera, porque si se mantenía pequeño nadie le negaría nunca un caramelo.

El mago Merlín

Anónimo.

Hace muchos años, cuando Inglaterra no era más que un puñado de reinos que batallaban entre sí, vino al mundo Arturo, hijo del rey Uther.

La madre del niño murió al poco de nacer éste, y el padre se lo entregó al mago Merlín con el fin de que lo educara. El mago Merlín decidió llevar al pequeño al castillo de un noble, quien, además, tenía un hijo de corta edad llamado Kay. Para garantizar la seguridad del príncipe Arturo, Merlín no descubrió sus orígenes.

El libro de sumar

Autor: D.R.A

Benito ha ido a la escuela por primera vez. Le da un poco de vergüenza porque es un poco mayor, pero no ha podido ir antes por ayudar a su padre en las labores del campo. Benito ahora ya sabe leer y escribir, pero eso de las matemáticas no se le da nada bien. Hoy la profesora le ha preguntado cuántas son ocho y ocho. ¡Vaya compromiso! Benito piensa, mira de reojo el libro, duda un rato y después de cavilar, contesta: 

-¡Ya está; ocho y ocho son OCHENTA Y OCHO!

El jazmín de la princesa.

Autora: Amira de la Rosa

La princesa tenía un jazmín que vivía con su mismo aliento. Se lo había regalado la luna.

La princesa tenía ocho o nueve años pero nunca la habían dejado salir sola de palacio. Y tampoco la llevaban donde ella quería.

Un día dijo a su flor:

– Jazmín, yo quiero ir a jugar con la hija del carbonero sin que lo sepa nadie.

– Ve, niña, si así lo quieres. Yo te guardaré la voz mientras vuelves.

La niña salió dando saltos. El carbonero vivía al principio del bosque.

El gigante egoísta

Autor: Oscar Wilde - Reino Unido1854.

Cada tarde, a la salida de la escuela, todos los niños se iban a jugar al jardín del Gigante. Un jardín amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave. Los pájaros se apoyaban en las ramas de los árboles y cantaban con tanta dulzura que los niños dejaban de jugar para escuchar su canto.

El felicímetro y otros cuentos

Dani estaba muy enojado con Papá Noel. Era un niño muy bueno, pero le molestaba tremendamente ver que casi todos los años muchos otros niños, que sí se habían comportado mal, recibían más juguetes por Navidad. Y fueron tantas sus quejas, que una noche el propio Papá Noel apareció con el trineo en su habitación, y se lo llevó con él al Polo Norte.


- Quiero enseñarte el mayor de los secretos -le dijo Papá Noel-. Si vienes te mostraré cómo decidimos cuántos juguetes recibe cada niño en Navidad.



Visita nuestras redes sociales para estar al tanto de noticias y convocatorias.

LEO Radio