Los misterios de la Hacienda Yerbabuena

Los misterios de la Hacienda Yerbabuena

La hacienda Yerbabuena, situada a las afueras de Bogotá, en el Municipio de Chía, es el lugar sagrado de la cultura colombiana, donde se realizan en el Instituto Caro y Cuervo las investigaciones linguísticas, literarias y culturales del más alto nivel científico.

Esta Hacienda, muy característica de la Sabana de Bogotá, hacía parte de la Hatogrande en la época colonial. En el año de 1.807, don Lorenzo Marroquín, descendiente de familias españolas muy adineradas, compró el Hatogrande para su familia, convirtiendo esta hacienda en un lugar familiar y patrimonial de la zona. Inicialmente perteneció al municipio de Sopó, pero el hacendado Marroquín pasó los derechos a Chía.

En la guerra de Independencia se consideró que la hacienda Yerbabuena era de realistas. Por ello, los patriotas vencedores en la Batalla de Boyacá estuvieron a punto de secuestrarla, señalándola como un bien de los españoles emigrados a nuestro país. Sin embargo, las influencias de la familia Marroquín no permitieron el secuestro de estas tierras. Para esto tuvieron que entregar 800 cabezas de ganado.

Don Lorenzo Marroquín murió  en Mompós en octubre de 1.819. Su hijo José María Marroquín fue el heredero de todas las propiedades de don Lorenzo, casado con doña Trinidad Ricaurte y Nariño. Ellos fueron los padres del Presidente de Colombia, el escritor y político don José Manuel Marroquín.

Los Misterios de la hacienda Yerbabuena están relacionados con doña Trinidad Ricaurte, quien en la noche del 6 de enero de 1.828, antes de terminar de rezar al lado de su familia, salió de la capilla de la hacienda. Doña Trinidad no regresó a su casa, a pesar de haberla buscado por todas partes.

Pasaron los años y doña Trinidad nunca apareció en Yerbabuena. Algunos decían que se había fugado  con un francés para Europa. Otros afirmaban que se la habían llevado los espíritus malignos, y otros, decían que se había suicidado. Numerosas personas fueron narrando relatos fantásticos. Generalizando el refrán: “eso y lo de Trinidad, se sabrá en la eternidad”.

Desde el siglo diecinueve, se habló de los fantasmas de la hacienda Yerbabuena: el espíritu de doña Trinidad, ruidos extraños, voces de ultratumba y otros que conforman la leyenda de los “misterios de Yerbabuena”.

En las investigaciones sobre las partidas de defunción de Chía en el año de 1.828, se encontró  lo siguiente: “en la parroquia de Chía, el 7 de enero de 1.828, el doctor Luis Marulanda, con licencia, dio sepultura al cadáver de la señora Trinidad Nariño, mujer que fue esposa del señor José María Marroquín. Se halló muerta en una laguna de los potreros de la hacienda de este caballero, con dos heridas en la frente y cara y contuso el hombro derecho; la persona que la registró dijo que su muerte fue caída violenta, que estaba algo demente. Doctor Nepomuceno Manrique”.

La casa de la hacienda ha sido centro de cultura. En el año de 1.851 se fundó el primer colegio campestre para hombres. Posteriormente en 1.878, se fundó un colegio para niñas. En sus actividades teatrales se estrenaron varias comedias.

En esos años se recuerdan los saqueos que se hicieron a la hacienda. En 1.854, el de las tropas del General Melo y posteriormente, en 1.861 el saqueo de las tropas del General Tomás Cipriano de Mosquera. Desde mediados del siglo veinte se ubicó allí el Instituto Caro y Cuervo.

 
 
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