La luna

La luna

¿Sabías que la Luna es el objeto astronómico más cercano a la Tierra? Resulta que la luna junto con la Tierra, forman lo que es casi un planeta doble, pues ningún otro planeta tiene un satélite que sea tan grande en comparación con el tamaño del nuestro planeta.

La luna es el único satélite natural de la Tierra y el único cuerpo del Sistema Solar que podemos ver en detalle a simple vista, es decir, mirar al cielo y poderla ver con facilidad sin necesidad de gafas o instrumentos especiales. Si queremos verla más en detalle, sólo necesitamos de un telescopio.

La Luna refleja la luz solar de manera diferente según donde se encuentre. Gira alrededor de la Tierra y sobre su eje al mismo tiempo: 27 días, 7 horas y 43 minutos. Esto hace que nos muestre siempre la misma cara.

No tiene aire ni agua, por eso su superficie no se deteriora con el tiempo, si no cuando algún meteorito pega sobre ella. Algunos científicos han considerado a la luna como un cuerpo fosilizado.

Sobre la visita del hombre a la Luna, sabemos que el 20 de julio de 1.969, Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre en  llegar a ella, formando parte de la misión Apollo Once. Los proyectos lunares han recogido cerca de 400 kilogramos de muestras que los científicos analizan para saber de qué está hecha, cuántos años tiene, cuáles son sus componentes químicos, entre muchos interrogantes.

Las Fases de la Luna

Se llaman fases lunares a los diversos aspectos bajo los cuales se presenta la Luna y que dependen de la posición relativa del Sol, de la Tierra y de la Luna, en un proceso cíclico determinado por los diversos estados de iluminación en que se nos muestra el disco lunar. Si observamos a la Luna en días sucesivos, vemos que su forma aparente varía de un día para otro.

El periodo de este ciclo o lunación es de un mes sinódico, el período que transcurre entre dos mismas fases consecutivas de la Luna. Para explicar este fenómeno de las fases suponemos a la Tierra en el centro de una circunferencia que representa la órbita lunar. Suponiendo el Sol situado a la derecha, el lado de la Luna que se presenta al Sol estará iluminado y oscuro el opuesto.

Las primeras civilizaciones ya medían el tiempo contando las fases de la Luna. Una semana es lo que dura cada fase, y un mes, aproximadamente, todo el ciclo.

Cuando ilumina toda la cara que vemos, se llama luna llena. Cuando no la vemos es la luna nueva. Entre estas dos fases sólo se ve un trozo de la luna, un cuarto, creciente o menguante.

Influencia de las fases lunares

La influencia de las fases lunares en nuestras creencias y para algunas culturas, se han utilizado para explicar por ejemplo la marea alta y baja de los océanos; también en la agricultura (podas de árboles, siembra, recolecciones, etcétera) e incluso en el estado de ánimo de nosotros mismos, se ha convertido en un fenómeno indiscutible.

En la agricultura ancestral, la observación del sol, la luna y otros astros eran prácticas habituales. Esta observación, junto con la experiencia, es el origen de la sabiduría popular trasmitida de generación en generación y que en la práctica actual se ha ido  perdiendo.

La agricultura trata de recobrar esta antigua conexión existente entre las energías del cielo y de la tierra. Para ello podemos encontrar en el mercado calendarios lunares, que nos orientarán sobre los mejores momentos para la realización de las diversas labores del huerto, dependiendo de las fases lunares y aspectos planetarios.

- Luna llena: Es el período más propicio para cosechar, sacar el estiércol de los corrales, cortar caña, o sembrar plantas de fruto.

- Luna menguante: No sólo es el mejor momento para continuar las actividades iniciadas en luna llena, sino que también es el momento más propicio para sembrar raíces y tubérculos, tales como rábanos, remolachas o patatas.

- Luna nueva: No es una etapa muy propicia para actividades diferentes a deshierbar.

- Luna creciente: Es la responsable de la estimulación de las plantas de gran crecimiento vegetativo, abonos verdes, lechugas, además de ser muy propicia para la fertilidad, por lo que resulta el mejor momento para sembrar todas las plantas que crecen en altura y dan frutos, como los tomates.

- Si se quiere tener  madera sana y resistente durante años, habrá que cortar los árboles en luna llena o cuarto menguante.

- La leña para el fuego  habrá que cortarla en cuarto creciente, puesto que es cuando está más seca. La leña cortada en luna nueva quema mal.

- Las cañas hay que cortarlas en luna llena o cuarto menguante, para evitar que se rompan con facilidad y queden arrugados.

También sirve para tenerla en cuenta con el cabello de las personas:

- Para corte de cabellos fáciles de peinar, se recomienda la luna creciente.

- Para hacerse permanentes, en luna menguante.

- Para teñirse el pelo, escoger luna creciente.

- Si se desea que el pelo crezca más rápido, cortar en luna creciente y si se desea lo contrario, hacerlo en luna menguante.

Bastante curioso, verdad?

 
 
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