Voces del arte independiente en Bogotá: perspectivas y desafíos

En el marco del Día de la Independencia en Colombia, tres artistas y gestores culturales de Bogotá reflexionan sobre el significado de ser un artista independiente en el país. Abordan la necesidad de financiamiento innovador, la superación de estigmas y la importancia de la colaboración en la industria cultural. Además, subrayan la urgencia de desarrollar políticas públicas que promuevan un ecosistema cultural diverso y sostenible.

En el dinámico escenario cultural de Colombia y en una sociedad cada vez más dominada por algoritmos y tendencias digitales, ser artista independiente supone un desafío tanto creativo como económico. En ocasión del Día de la Independencia en Colombia, hablamos con tres artistas y gestores culturales sobre lo que significa ser independiente en el ámbito cultural del país.  

Destacan las voces de Lorena Iglesias Meléndez, editora de Himpar Editores; Eduardo Santos, músico y periodista; y Angélica Riaño, actriz y gestora cultural, quienes comparten sus perspectivas y desafíos, que hablan sobre los altibajos de la independencia en el ámbito cultural colombiano.

Desde el concepto de Eduardo Santos, músico y periodista cultural, ser artista independiente en Colombia implica más que simplemente crear música fuera de grandes sellos discográficos. Santos, quien escribe en medios como Cerosetenta y es bajista de la banda local Yo no la tengo, subraya los desafíos económicos y la centralización de oportunidades en Bogotá. "El mayor reto para la política pública es hacer el arte sostenible, especialmente en un contexto donde los espacios para tocar y la financiación son limitados", comenta.

Foto: Juan Ruge

No obstante, dice él, Bogotá ofrece ventajas significativas para artistas independientes, como una rica vida cultural y acceso a redes que facilitan la colaboración y el crecimiento artístico. "En Bogotá hay más capital cultural y económico disponible, lo cual permite a los artistas independientes como yo seguir explorando y creciendo", destaca Eduardo Santos.

Angélica Riaño, actriz y gestora cultural con más de 18 años de experiencia artística, agrega otra capa al debate: la percepción sobre la profesión artística en Colombia. Hace hincapié en la necesidad de superar estigmas (como que del arte no se vive) y promover una mayor comprensión del valor cultural del arte independiente en el país, pues además afectan directamente las gestiones que puedan hacer tanto públicas como privadas. Desde su experiencia, ella destaca los esfuerzos en Bogotá por fortalecer la infraestructura cultural y crear espacios que permitan a los artistas independientes no solo sobrevivir, sino también asociarse y prosperar.

Además de eso, Angélica Riaño señala que existe una necesidad de agremiación y de que “el Estado haga énfasis en los circuitos comerciales, que puedan posibilitar y garantizar que el networking se pueda construir y fortalecer”. Allí, según su opinión, se podrían visibilizar los servicios que puede brindar una red de artistas independientes, además de los creativos. 

“Si seguimos haciendo políticas públicas para el consumo cultural únicamente, negamos la posibilidad de fortalecer estas redes de artistas independientes y fortalecemos las grandes industrias del entretenimiento”, agrega. 

La autonomía es clave para Angélica Riaño, pues encuentra en la independencia artística la libertad necesaria para explorar temas y perspectivas que podrían no ser viables en el ámbito comercial. "Ser artista independiente permite un grado de autonomía frente a esta cultura hegemónica", afirma. Esta libertad no solo facilita la expresión individual, sino que también promueve una diversidad de voces y puntos de vista en el panorama cultural.

Por su parte, Lorena Iglesias, gestora del ámbito editorial colombiano con más de doce años de experiencia en coordinación, dirección y edición de proyectos impresos y digitales, afirma que para ella ser editora independiente implica navegar con creatividad y asociarse otras personas para superar las limitaciones financieras y logísticas del sector y para seguir en un constante aprendizaje. "Ser editora independiente es trabajar sí o sí teniendo en cuenta la comunidad de otras editoras, buscando formas de participación activa en ferias y medios", comenta Iglesias.

Himpar editores. De izq a derecha: Ana Cecilia Calle, Óscar Campo, Lorena Iglesias y Leonardo Gil.

Foto: Sandra Restrepo  

Entre los desafíos que enfrenta, destaca la necesidad de capital para consolidarse y persistir en un mercado que depende en gran medida de novedades y eventos culturales como la FILBo. "El desafío es el capital, tener un músculo financiero para poder afianzarse y para persistir, porque hay muchos costos y el sector no es muy fuerte. Es un reto también la locura de las novedades: el sector depende, en términos de ventas, de satisfacer esa hambre de novedades”, señala. 

En el contexto del Día de la Independencia en Colombia es crucial reconocer que la autonomía artística es importante para la continua evolución y enriquecimiento de los movimientos culturales de la capital y del país. En un contexto donde la independencia artística y cultural enfrenta desafíos económicos y estructurales significativos, las reflexiones de Lorena Iglesias Meléndez, Eduardo Santos y Angélica Riaño les dan relevancia a la persistencia, la creatividad, la necesidad de financiación y la asociatividad, entre otros, como pilares fundamentales para sobrevivir y prosperar en el panorama cultural colombiano. 

Desde la necesidad de encontrar maneras novedosas de financiamiento donde no se ponga en juego la independencia artística, así como las estrategias para superar estigmas de cara a la promoción del valor cultural del arte independiente, hasta la importancia de la colaboración y la comunidad en la industria editorial y musical, hacen parte de los retos y reflexiones de la movida independiente.

En aras de aportar a la discusión es importante también visibilizar aquellas iniciativas que se hacen estas preguntas constantemente en medio de un quehacer que es valioso para el ecosistema creativo de la ciudad, pero que también acarrea obstáculos y grandes desafíos para los agentes del sector.