Profesor enseñando a niñas y niños
Foto: BibloRed

Maestros y maestras, figuras esenciales en la vida creativa de Bogotá

Hoy, 15 de mayo, celebramos y honramos la labor de las y los docentes como formadores y guías en la construcción de la ciudad que todas y todos soñamos.

La vida de Nicole Piñeros ha estado marcada por una profunda pasión, la pedagogía. Una mujer que hace parte de la Red Creadora de Bogotá de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y quien, desde hace algunos años, decidió tomar maletas y emprender un viaje por el camino de la enseñanza, ante su gran interés y preocupación por la realidad social, cultural y educativa.

Para Nicole, la pedagogía implica desarrollar sensibilidad, empatía, carácter, espontaneidad y disciplina. “Decidí estudiar pedagogía porque me interesa y me preocupa el asunto de la educación y la formación de los sujetos. La complejidad que conlleva el ser maestro es uno de los retos más interesantes de mi carrera”.

Gracias a esta pasión, Nicole ha tenido la oportunidad de trabajar en el territorio con grupos de jóvenes de colegio, población vulnerable en institutos y con maestros. 

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Ha sido fundamental a su vez, para esta educadora, vincular en espacios de aprendizaje, el arte como un espacio de empoderamiento, sensibilidad y pensamiento, involucrando en sus procesos de enseñanza, aspectos como el cuerpo, la narrativa y la poesía.

El cine y otros elementos de carácter visual como la pintura, también se han incorporado en estas experiencias. Y es a partir de este trabajo, que Nicole ha podido construir y apropiar una perspectiva crítica sobre lo que produce la educación y el arte en las personas.

Maestros

“Tanto el arte como la educación son posibilitadores de pensamiento, que tienen que incomodar al sujeto y sacarlo de su zona de confort, una ruptura que hace que el sujeto sea otro y que no pueda ser el mismo después de una clase”.

Ser educador o educadora es “complicado y conlleva muchos retos difíciles de afrontar”, confiesa Nicole, pero también enfatiza en que es un trabajo para personas valientes que realmente se interesan y se preocupan por las personas, “estar inmerso en la educación te va a romper como sujeto, pero esas rupturas no tienen que ser algo negativo, las rupturas movilizan y hacen que todas y todos nos transformemos”.

Como obsequio final, Nicole nos comparte uno de sus poemas favoritos, escrito por uno de los más destacados representantes de la poesía social, Gabriel Celaya, a propósito de la conmemoración de este día.

Educar es lo mismo que poner un motor a una barca… Hay que medir, pensar, equilibrar… y poner todo en marcha. Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino… un poco de pirata… un poco de poeta… y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que ese barco, ese niño, irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hacia islas lejanas. Soñar que, cuando un día esté durmiendo nuestra propia barca, en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

Gabriel Celaya 

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