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Foto: SCRD

Pasarela Bogotá Sostenible: una apuesta social

  • Diseñadores reconocidos y emergentes de diferentes localidades de Bogotá, de la mano de recicladores de oficio, presentarán piezas artísticas únicas construidas a partir de residuos aprovechables.
  • Profesionales como Alejandro Crocker y Diamantina Arcoíris le apuestan a un cambio social desde su cadena productiva a la que incorporan a recicladores de oficio, habitantes de calle y migrantes venezolanos. 
  • La Pasarela Bogotá Sostenible se realizará el sábado 9 de diciembre, en la Plaza Cultural La Santamaría, a las 6:00 p.m. La entrada es con inscripción previa aquí. Se recomienda llegar con una hora de antelación al inicio del evento, dado que la entrada estará abierta al público hasta completar aforo. Por tanto, el registro de este formulario no garantiza el ingreso.

La Pasarela, Bogotá Sostenible es el gran evento de cierre de este año de la estrategia de Cultura Ciudadana “Que la basura no se vuelva paisaje”, de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD). A través de la industria del arte, el diseño y la moda, la SCRD le apuesta a masificar el mensaje acerca del valor de los residuos, con el objetivo de que las y los bogotanos resignifiquen su relación con los mismos y comprueben que, con una adecuada separación y disposición de estos, pueden alargar su vida útil y reintegrarlos a una importante cadena de valor como lo es el diseño y la moda. 

En esta pasarela, diseñadores consolidados y emergentes presentarán prendas de arte, diseño y moda construidas con materiales aprovechables como vidrio, lata, cartón, plástico, entre otros, a los que pudieron acceder gracias a los recicladores de oficio de Bogotá. En su trabajo de creación y construcción de las piezas, estos creativos del diseño se valieron de las 9R de la economía circular (Repensar, Reutilizar, Reparar, Restaurar, Remanufacturar, Reducir, Re-proponer, Reciclar y Recuperar) para demostrar que los residuos bien separados, bien tratados y en las manos correctas, pueden convertirse en verdaderas obras de arte. 

Sin embargo, este proyecto no fue una sorpresa para varios diseñadores invitados que, desde hace varios años y durante su trayectoria han venido desarrollando procesos sostenibles, conscientes y con un gran componente social que ha impactado la vida de cientos de personas vulnerables en Bogotá. Es el caso de Diamantina Arcoíris, la diseñadora que está detrás de la marca Amor Real y que rescata mantas y cobijas para fabricar abrigos y chaquetas. Ella, a través de su conocimiento y trabajo, ha incorporado en su taller, ubicado en el barrio Santa Fe, a habitantes de calle, mujeres que ejercen la prostitución, comunidad trans y  poblaciones indígenas y migrantes.

“Nosotros trabajamos con gente de la calle. No es un tabú. No lo escondemos. Al contrario, esa es nuestra fortaleza. Cuando salimos a bordar o cuando ellos entran a la casa lo mostramos, lo contamos y lo publicamos. Algunas personas a veces se han quejado y han dicho ‘pero por qué muestran eso, eso son cosas internas de ustedes, no nos parece tan chévere mostrar la vulnerabilidad humana’ y nosotros hemos hecho todo lo contrario, justamente, vincularnos a esa vulnerabilidad como algo propio. Estamos dentro del barrio Santa Fe, entonces tenemos que involucrarnos con las personas que aquí habitan y ¿cuál es nuestra manera? Con la moda porque es lo que sabemos hacer”, afirma la diseñadora. 

Y es que en su taller, donde también está ubicado el Showroom de la marca, Diamantina acoge a estas poblaciones para ofrecerles un plato de comida, una ducha o un albergue seguro, siempre que ellos estén dispuestos a aprender y a ser parte de la cadena productiva de su proyecto. Para esto, les da la oportunidad de aprender a coser, a bordar y a participar de la creación de sus prendas. “Cuando estás en la casa, no estás consumiendo, no estás fumando, estás creando y, bajo ese orden de ideas, muchas personas han pasado por acá. Mostrarlos nos hace orgullosos de que nuestra cadena productiva cada vez es más humana, cada vez involucra a más personas jóvenes con nuevas ideas y nuevo ADN”, agrega.

Para Diamantina las ideas, los pensamientos y las experiencias de estos jóvenes que no han tenido oportunidades y que se encuentran en situación de vulnerabilidad son un insumo de valor que le permite retroalimentar y renovar su marca con apuestas disruptivas auténticas. Por ello, considera clave el reconocimiento público y directo de cada una de las personas que participan en la construcción de sus prendas. 

“Cada vez que publicamos una prenda nueva en nuestra página web y en las redes, mostramos quién lo hizo. Con eso, apoyamos mucho y mejoramos la autoestima de las personas y también las involucramos de forma justa y sostenible dentro de nuestras colecciones. Ya está pasado de moda lo de hacer una prenda con cierta carga de manufactura, publicarla y obviar quien lo hizo. Lo primero es reconocerle al otro que hizo parte de este  producto, que es parte de mi cadena productiva, porque ese mismo reconocimiento se remunera, entonces si esa persona está bien remunerada hay transparencia”, concluyó.

Asimismo, el reconocido diseñador Alejandro Crocker, director creativo de la marca Alejandro Crocker Lujo Consciente, quien se ha dedicado a aprovechar el desperdicio textil para transformarlo en prendas únicas, ha convertido sus procesos en un verdadero proyecto social. El venezolano, radicado en Bogotá desde hace 13 años, trabaja de la mano de recicladores de oficio para obtener sus insumos y hombro a hombro con la población migrante venezolana de la Fundación Juntos se Puede. 

“La población recicladora para mí es la gasolina que necesitamos como sociedad. En mi caso y en el de la marca, trabajamos de la mano con los recicladores porque esos textiles que ellos van recolectando, que no tienen una salida y que terminarían en un vertedero de basura, es lo que nosotros negociamos y les compramos. Ojalá todos entendiéramos lo que hace esta población recicladora y los pudiéramos acompañar más en su día a día porque, como sociedad, nos tenemos que unir para tener un espacio, una ciudad y un mundo más limpio. Como marca lo que hacemos  es mostrar lo que se puede hacer con esos materiales que ellos recogen”, explicó Crocker.

Para la Pasarela, Bogotá Sostenible, el diseñador construyó una colección llamada Café Ciudad en la que trabajó con un grupo de 22 mujeres migrantes de la Fundación Juntos se Puede, en dos sentidos: uno, la marca les paga el aprendizaje de costura para que ellas trabajen en las prendas y, dos, les enseña a pensar el oficio del diseño desde una perspectiva de responsabilidad con el medio ambiente, a partir de iniciativas creativas que incluyan residuo textil en sus proyectos. “Entendimos como equipo de trabajo la importancia de la parte social, untarnos el alma y generar el cambio desde las manos que construyen la pieza. Es importantísimo que esas mujeres empiecen a pensar desde ese círculo (de la moda circular)  y no desde la línea. Me siento feliz y honrado de dejar este mensaje de que los migrantes venezolanos venimos a construir desde el amor y la creatividad”, expresó. 

La Pasarela, Bogotá Sostenible, donde se presentarán todos esos diseños que, además piezas de arte, mostrará el valor de los residuos y del trabajo de poblaciones vulnerables, talentos emergentes e industrias creativas, tendrá lugar el sábado 9 de diciembre en la Plaza Cultural La Santamaría, a las 6:00 de la tarde. Las y los bogotanos que estén interesados en asistir deben inscribirse previamente aquí . Se les recomienda llegar con una hora de antelación al inicio del evento, dado que la entrada estará abierta al público hasta completar el aforo. Por ello, el registro en este formulario no garantiza el ingreso.

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