BOG25: el hito cultural que movilizó a más de tres millones de personas y renovó el orgullo de los bogotanos por su ciudad
- La Bienal Internacional de Arte y Ciudad de Bogotá se convierte en el evento de artes plásticas que mayor movilización de personas ha generado hasta la fecha en la capital y en el país.
- La respuesta de la ciudadanía y los visitantes al llamado de la Bienal fue contundente. La ciudad se posiciona internacionalmente como epicentro de grandes eventos culturales.
- BOG25 deja un legado artístico permanente a la ciudad: el inicio de la restauración de la obra Auras Anónimas, de la maestra Beatriz González; el monumento “Umbral”, de Carlos Castro Arias, en homenaje al personal de la salud; y la obra “Archivo desmantelado”, del artista mexicano Jorge Méndez Blake, que estará ubicado en el Archivo de Bogotá, entre otras obras.
- Cerca de dos millones de usuarios del sistema Transmilenio podrán disfrutar las 137 intervenciones de arte urbano en 8 portales y 37 estaciones una vez sean finalizadas y entregadas.
La Alcaldía de Bogotá y la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte presentaron hoy el balance de la Bienal Internacional de Arte y Ciudad BOG25. La BOG25, que se realizó del 20 de septiembre al 9 de noviembre, constituye un hito cultural sin precedentes, pues no solo superó las expectativas de asistencia y movilización de públicos, sino que hizo posible que los bogotanos miraran con orgullo y ojos renovados su ciudad, y la redescubrieran en una nueva conversación a través del arte.
En palabras del alcalde Carlos Fernando Galán Pachón, “hicimos historia con la Bienal BOG25 gracias al liderazgo de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y al apoyo de importantes aliados públicos y privados a los que agradecemos haberse sumado a esta gran apuesta de ciudad, que propuso una nueva conversación en torno a los vínculos entre arte y ciudadanía. Más de 3 millones de personas se conectaron de alguna forma con la Bienal, más de 500 mil en sus sedes y más de 2 millones y medio que visitaron o recorrieron las obras en el espacio público. Todo esto nos impulsa a seguir trabajando con la mira puesta en BOG27, en función de democratizar el acceso al arte, implantar una nueva narrativa en la ciudad en torno a la vida, y seguir posicionando a Bogotá como un referente cultural a nivel internacional. ¡Muchas gracias a quienes hicieron posible BOG25 y nos vemos en dos años, en BOG27!”.
Por su parte, el secretario de Cultura, Recreación y Deporte, Santiago Trujillo Escobar, destacó el valor de BOG25 en términos de orgullo de ciudad, reivindicación de la cultura como espacio de transformación social, e internacionalización y posicionamiento de Bogotá como sede de grandes eventos culturales. “La Bienal fue, ante todo, un gran acto de amor por Bogotá, una declaración colectiva que reafirmó que esta ciudad tan vasta, tan compleja sigue siendo capaz de sorprenderse y de creer en sí misma. La Bienal no sólo cambió el paisaje urbano; sino la forma en que nos miramos unos a otros como habitantes de un mismo territorio. Fue una estrategia pensada con rigor y liderada con entusiasmo por el alcalde Carlos Fernando Galán, vivida con intensidad y emoción. Un proyecto que, más allá de su dimensión artística, sembró orgullo y confianza en medio del ruido y la polarización”, concluyó Trujillo.
Con una muestra artística conformada por más de 250 artistas locales, nacionales e internacionales de 12 países, una curaduría central que interpeló desde el arte la noción de felicidad y bienestar en Bogotá, cinco curadurías independientes, una amplia muestra de arte barrial y popular, y una delegación de mujeres artistas de la Ciudad de México como invitada de honor, la BOG25 puso el arte al alcance de todos los públicos y edades en espacios públicos y expositivos de acceso gratuito en sus 28 sedes.
La Bienal también logró un destacado impacto social, de inclusión y diversidad, al abrir el espectro y la actividad artística a la participación de personas en situación de discapacidad, ex habitantes de calle y personas en proceso de superación de vida de calle, personas LGBTIQ+, personas en situación de discapacidad cognitiva, niños, jóvenes y adultos mayores, quienes cocrearon obras y disfrutaron actividades de mediación en el marco del evento.
BOG25 como hito cultural y nueva conversación de ciudad
Si bien hay importantes antecedentes de bienales de arte en Colombia, en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena, la BOG25 marca un hito para el ecosistema artístico de la ciudad y del país por tres razones: una, es la bienal más extensa que se haya realizado, con siete semanas de duración; dos, contó con la participación de más de 250 artistas y colectivos locales, colombianos e internacionales, la más amplia y diversa que se haya registrado; y tres, logró la mayor movilización de públicos conocida hasta hoy para un evento de arte en el país: tres millones de personas visitaron o circularon por sus 28 sedes tanto en espacios expositivos como en espacios públicos de Bogotá. Adicional a esto, cerca de dos millones de usuarios del sistema Transmilenio podrán disfrutar las 137 intervenciones de arte urbano en 8 portales y 37 estaciones una vez sean finalizadas y entregadas. Desde su inauguración con el espectáculo inmersivo La casa común, en la Plaza Cultural La Santamaría, al que asistieron 46.000 personas, la Bienal evidenció la necesidad que tenían la ciudad y su ecosistema cultural, de contar con un evento internacional de esta envergadura.
Pero más allá de estas cifras contundentes, la BOG25 logró algo mucho más profundo y significativo: de un lado, instalar una nueva conversación ciudadana en medio del clima de tensión y polarización que atraviesa la sociedad colombiana; y del otro, propiciar una reflexión abierta, diversa y convergente, sobre la felicidad y el bienestar en una ciudad compleja, estratificada y con grandes retos hacia el futuro. La potencia de este mensaje en clave artística, de esta invitación participativa e incluyente a disfrutar, revisitar, y redescubrir la ciudad, su arquitectura, la belleza de sus Cerros Orientales, valiosos referentes patrimoniales como el Palacio de San Francisco, (especialmente renovado con el apoyo de la Gobernación de Cundinamarca para albergar la sede principal de la Bienal); y la memoria de sus mitos fundacionales como el río Vicachá, con epicentro en el Eje Ambiental, hicieron que los bogotanos y los visitantes se volcaran a recorrerla con ojos y sentimientos renovados. Tal como afirmó el secretario de Cultura, Recreación y Deporte, Santiago Trujillo Escobar, “la Bienal tocó el alma de Bogotá y sus habitantes”.
Este nuevo clima de entusiasmo y conexión con la ciudad también dejó un impacto significativo en la percepción de orgullo entre los bogotanos: de 2.091 personas encuestadas en distintos eventos de la Bienal, el 94.3% dijo que el evento les hizo sentir más orgullosos de la oferta cultural de su ciudad.
Y hay más. Obras como La casa en el aire, del argentino Leandro Erlich, que elevó una casa a más de 6 metros de altura en el Parque Lourdes, en pleno corazón de Chapinero, no solo asombró a quienes a diario circulan a diario por allí rumbo a sus hogares o lugares de estudio o trabajo, sino que sembró en ellos una reflexión propia, cotidiana y espontánea, acerca de la obra y su interpretación. Tal fue el impacto afectivo que tuvo la casa colgante en amas de casa, comerciantes y estudiantes, que muchos la asumieron como el sueño que se tiene al llegar de la provincia a Bogotá con el anhelo de adquirir vivienda propia; y otros, quizás más nostálgicos, con la añoranza del desarraigo y lo que significa arrancarse de raíces para volar a otra ciudad en busca de un mejor futuro. Todo este diálogo ciudadano, conmovedor y genuino, se dio de manera natural, sin la mediación de ningún curador de arte y sin complejas explicaciones museográficas. El arte dialogó cara a cara con la gente, y lo de hizo de tal manera, que el propio artista decidió cambiar el nombre de su obra (inicialmente se llamó Pulled by the roots – Arrancada de raíz) y rebautizarla como La casa en el aire, en homenaje a la canción del maestro Rafael Escalona, pero también a la apropiación que de ella hicieron los bogotanos, quienes rápidamente viralizaron en las redes sociales la imagen de la casa elevada con la Basílica Menor de Nuestra Señora de Lourdes como telón de fondo.
Lo propio puede decirse de obras que se quedan en la memoria y los afectos de los bogotanos: Semilla, de Vanessa Sandoval, y Cuna de humedales, de Leonel Vásquez, ambas ubicadas en el Parque de los Novios; el enorme monolito de Iván Argote, Dándole peso a unos besos, instalado en la Plazoleta del Rosario; Pabellón de Las Nieves, la esfera estratigráfica de Alejandro Tobón; Arañas del paraíso, de María Fernanda Cardoso; el globo gigante del Museo Aero Solar y Standard Flag, de John Gerrard, localizada en el Palacio de San Francisco, entre muchas otras.
A su paso por BOG25, Gerrard declaró que “el gran potencial del arte radica, en primer lugar, en plantear preguntas complejas, más que en ofrecer respuestas directas. Pero aún más importante es su capacidad para movilizar al público, tanto emocional como físicamente (…) en este sentido, creo que el tema de la Bienal es una forma de resistencia ante un mundo que en este momento se siente extremadamente desafiante. Las personas deben mantener la esperanza, los sueños, el espíritu, la comunidad, y luchar por el futuro”.
BOG25, una gran vitrina nacional e internacional para el arte
Como plataforma expositiva y de intercambio, BOG25 también propició espacios artísticos y académicos para que artistas de Bogotá, Colombia y el mundo, dialogaran en torno al eje curatorial de la Bienal, Bogotá, ensayos sobre la felicidad, una línea conceptual sugerente y desafiante.
“Con la Bienal Internacional de Arte y Ciudad, Bogotá entra al selecto grupo de ciudades que cuentan con estos importantes eventos, como Venecia, São Paulo o Sídney, entre otras. Las bienales funcionan como puntos de encuentro en dos vías: para el público local son oportunidades de ver qué se está haciendo en otros lugares, y para el público que viene de afuera, la posibilidad de ver la producción local y regional. La gran afluencia de público demuestra que, si hay eventos de calidad, con curaduría cuidadosa e incluyente, los ciudadanos y ciudadanas tienen a su alcance propuestas contemporáneas, a veces complejas, pero no por ello menos accesibles. En este sentido, BOG25 tuvo un robusto componente de mediación para acercar al público al arte, y una importante presencia del espacio público para salir al encuentro de ese público que vive en la ciudad, pero no tiene el hábito de entrar a museos, galerías y otros espacios de exposición”, afirma José Roca, asesor curatorial de BOG25.
Cabe recordar que, a diferencia de otras bienales de curaduría unipersonal, la BOG25 contó con una pluralidad de miradas y conformó un comité curatorial de primer nivel, integrado por María Wills, Jaime Cerón y Elkin Rubiano. Junto a ellos, estuvieron Diego Garzón y Juan Ricardo Rincón como codirectores. A su vez, el comité pro-bono convocó a importantes figuras de las artes plásticas, la arquitectura y el diseño, quienes aportaron ideas y recomendaciones a la organización del evento.
Sin duda, otro de los grandes logros de la Bienal, fue el haber propiciado una gran plataforma para el arte barrial y popular, y para las curadurías independientes, fortaleciendo el ecosistema artístico local hacia el futuro. “La convocatoria para curadurías independientes resultó una estrategia importante para complejizar los discursos curatoriales de la muestra principal. En particular, para situar la Bienal en las discusiones artísticas que han tomado a la ciudad de Bogotá como su objeto de estudio. Así mismo es de destacar la capacidad de convocatoria que tuvo el evento, y que, gracias a ella, se acercaron nuevos públicos para el arte de Bogotá y se activaron varios espacios expositivos de carácter no comercial en la ciudad”, sostiene Julián Camilo Serna, uno de los cinco curadores independientes de BOG25, quien tuvo a su cargo la exposición La ciudad de los espectros: Bogotá ante el tiempo, en el Centro Colombo Americano.
El impacto social de BOG25
La Bienal desplegó un gran esfuerzo técnico, logístico y humano para articular obras, activaciones y dispositivos artísticos de gran impacto social con una programación central y una agenda alterna que impactó 19 de las 20 localidades de Bogotá.
Como resultado de ello, y con el apoyo de la Secretaría de Integración Social del Distrito, la Bienal y la Fundación Amor Real realizaron un taller colaborativo para elaborar un bordado de grandes dimensiones que representó a la “Madre Tierra”, diseñada por un artista indígena. Este proceso incluyó, además, clases de bordado para los visitantes al Palacio de San Francisco, y la realización de un desfile titulado Yo soy medicina, en esta misma locación, el pasado 1º de noviembre. La interacción alrededor del bordado como práctica artística, visibilizó el trabajo creativo de 45 personas en proceso de superación de vida en calle.
Su participación en BOG25 representa un hecho transformador, pues su contribución como cocreadores, diseñadores e instructores de un bordado colectivo de gran formato permitió tejer lazos de confianza, memoria, imaginación y esperanza por futuros diferentes, aportando a la resignificación de estereotipos, imaginarios y a la comprensión del fenómeno de habitabilidad en calle desde una mirada más humana y dignificante.
Asimismo, bajo la dirección del artista y ambientalista Eduardo Butrón, se entregará el mural Tapas por la felicidad, elaborado por 24 personas en proceso de superación de vida en calle con 80.000 tapas plásticas y material reciclado en la estación Bicentenario de Transmilenio. Esta obra fue posible gracias a alianza de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, la Secretaría de Integración Social, Transmilenio y la Fundación BAT.
La Bienal también hizo presencia en la localidad de Ciudad Bolívar, con una agenda alterna que incluyó la creación y entrega, el pasado 4 de octubre, de tres murales construidos por mujeres en diálogo con la comunidad, bajo el título de Voces de lucha, mujeres de barrio. Tal como afirma el periódico Arteria, “el proyecto visibiliza historias de mujeres que, pese a ser sistemáticamente silenciadas, encuentran en el color y en el gesto compartido una forma de narrarse con dignidad. Cada sesión de creación es también espacio ritual: sembrar palabras, inventar superheroínas comunitarias, escribir cartas al futuro. Los murales, como proceso, demuestran que no hay representación sin presencia: cada trazo está hecho de vínculos, afectos y sueños colectivos”.
Otro hito que da cuenta sobre el impacto social de la Bienal en diálogo con realidades sociales y procesos creativos en la ciudad fue el trabajo adelantado por el colectivo Inclusión Femenina con Pasión, que, en el marco de la convocatoria en Arte Barrial, y valiéndose de muros, creó un libro sensorial para tender puentes entre comunidades sordas y oyentes en el marco de la activación Cuando las manos hablan, la diversidad se escucha: inclusión desde el tacto y la lengua de señas.
Por otra parte, el componente de mediación de BOG25, centró su objetivo en “estar” con las obras y extender su potencia hacia quienes las observaban, en vez de tratar de explicarlas desde una lógica racional o interpretativa, a fin de llevar la programación de la Bienal a las comunidades cercanas o limítrofes con sus espacios expositivos. Dicho componente tuvo un impacto social y formativo importante, que se refleja en destacados indicadores de logro: 64 actividades de mediación con participación de 4.573 personas en comunidades, instituciones y colectivos locales en Santa Fe, La Candelaria y Teusaquillo; 73 visitas guiadas a distintas sedes de la Bienal, 8 visitas del grupo de mediadores a colegios con participación de 2.905 estudiantes. Las localidades participantes fueron: Chapinero, Ciudad Bolívar, Los Mártires, Bosa, Suba, Antonio Nariño, Barrios Unidos, San Cristóbal, Usme, Kennedy, Santa Fe, La Candelaria, Rafael Uribe Uribe, Puente Aranda, Usaquén, Engativá y Fontibón. El total de personas alcanzadas por el programa de mediación de la Bienal, llegó a 7.478 personas.
¿Qué le deja BOG25 a Bogotá?
La Bienal no solamente permitió una amplísima muestra de arte, instalaciones, activaciones y dispositivos en espacios cerrados, espacios públicos y territorios barriales, sino que deja a la ciudad importantes obras a modo de legado artístico permanente. Ellas son:
El monumento Umbral, del artista bogotano Carlos Castro Arias, propuesta ganadora de la convocatoria promovida a través de la campaña “El arte de dar las gracias”, liderada por la Academia Nacional de Medicina, con apoyo de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y la coordinación de la Fundación Arteria. El monumento estará ubicado en el polígono de la Biblioteca Pública Virgilio Barco, frente al Parque Simón Bolívar, a la altura de la Calle 63, y será un nuevo atractivo turístico y cultural para bogotanos y visitantes. La obra será entregada en los próximos días.
Por otra parte, también se puso en marcha el proyecto de restauración de los columbarios del Cementerio Central y de la obra Auras Anónimas, de la maestra Beatriz González. La intervención, formalizada mediante el Decreto 464 del 26 de septiembre de 2025, será ejecutada por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, con recursos del Sistema General de Regalías, por valor de $17.000 millones, en el marco del bienio 2025–2026. El proyecto contempla el reforzamiento estructural, la consolidación arquitectónica y la renovación de la obra Auras Anónimas, mediante el reemplazo de las 8.957 lápidas originales por nuevas piezas fabricadas en materiales de mayor durabilidad y conservación. Los columbarios, construidos entre 1936 y 1950, son parte del antiguo Cementerio de Pobres, un espacio que acogió durante más de un siglo a sectores populares de la ciudad. Su restauración permitirá resignificar este lugar como un parque de memoria, entendido como un espacio de contemplación y encuentro ciudadano.
También se incluyen en este listado de obras permanentes legadas a Bogotá gracias a BOG25, las ya mencionadas intervenciones de arte urbano (137 en total) en estaciones y portales de Transmilenio. Estas intervenciones se desarrollan en el marco de la Bienal Internacional de Arte y Ciudad BOG25, como parte de las apuestas del convenio ‘En TransMi Pasan Cosas Buenas’, firmado entre la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, TransMilenio S.A y el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud - IDIPRON para promover la cultura ciudadana dentro del Sistema. Igualmente, el también citado mural Tapas por la felicidad en la estación Bicentenario de Transmilenio; la obra Archivo desmantelado, del artista mexicano Jorge Méndez Blake, localizada en la plaza exterior del Archivo de Bogotá; el equipamiento de la activación La memoria del río, y el mural El camino del oro, de la también mexicana Pilar Cárdenas, ubicado en el edificio de Corficolombiana.
BOG27, la segunda edición de la Bienal
El secretario Santiago Trujillo Escobar informó que al término de la primera edición de la Bienal, se evaluarán junto a los directores, curadores y el equipo de la SCRD y la Alcaldía Mayor, los resultados obtenidos y se propondrán acciones de mejora de cara a la BOG27 a partir de las conclusiones y recomendaciones obtenidas. Asimismo, durante el primer trimestre de 2026, se anunciará cuál será el nuevo comité curatorial, y cuál el nuevo eje de la curaduría central de la BOG27. “De momento, podemos adelantar que esta segunda Bienal tendrá un componente mucho más fuerte de arte en el espacio público, de arte inmersivo, arte urbano y arte que incorpore el uso de tecnologías en obras de grandes artistas de Colombia, Latinoamérica y el mundo”, concluyó.
BOG25, una Bienal mediática
Durante sus siete semanas de duración, La BOG25 se posicionó como una plataforma cultural y de interacción ciudadana en redes sociales. A la fecha, su cuenta de Instagram registra más de 42.800 seguidores; el alcance promedio de sus publicaciones (más de 220 contenidos), fue de 10.558 por día; y sus contenidos lograron más de 170.000 interacciones, a las que se suman más de 7´800.000 visualizaciones de videos.
Por otra parte, y gracias a la gestión de apoyo a la Oficina Asesora de Comunicaciones de la Secretaría por la agencia Grupo Trébol Comunicaciones, la Bienal tuvo un alto impacto en los principales medios de comunicación del país, así como en diferentes medios internacionales. En resumen, se lograron 862 impactos en medios distribuidos así: 427 notas digitales, 237 apariciones en televisión, 120 publicaciones en prensa impresa y 78 notas en radio. Del total de impactos logrados, 519 correspondieron a medios nacionales, 331 a medios regionales, y 12 a medios internacionales de México, Argentina, República Dominicana y España. Solamente en Bogotá, se generaron más de 880 notas, que representan el 93,5% del total.
BOG25, ejemplo de alianzas público-privadas
El éxito de la Bienal Internacional de Arte y Ciudad BOG25 es la suma de esfuerzos entre el sector público y privado. Liderada por la Alcaldía Mayor, a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, SCRD, y con Davivienda como socio fundador, BOG25 fue ejemplo de cómo la suma de voluntades, corresponsabilidades y roles entre la Administración Distrital, el ecosistema artístico de la ciudad, y 65 aliados públicos y privados que incluyen patrocinadores, artistas y colectivos participantes; curadores y directores; gerencia y producción general; el apoyo de Arteria como operador aliado; entidades adscritas y vinculadas a la SCRD; numerosos aliados distritales, en especial, las secretarías de Ambiente, Educación e Integración Social, el Instituto Distrital de Turismo, Transmilenio, la Orquesta Filarmónica de Bogotá y el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud – IDIPRON; aliados regionales como la Gobernación de Cundinamarca (IDECUT) y la CAR; aliados del Gobierno Nacional (Biblioteca Nacional); cooperantes internacionales y embajadas; artistas escénicos (Mapa Teatro y La Ventana); músicos y agrupaciones musicales (Ghetto Soundsystem, Eduardo Garcés, Andrés Mercado “Doctor Keyta” y Savan); el escritor Juan Gabriel Vásquez; importantes medios de comunicación y medios comunitarios aliados; producción artística (Sonic Design) influenciadores y equipos web, de diseño e ilustración.
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