Urpi Barco, una apuesta de jazz femenino que enaltece el folclor colombiano
Urpi, que en quechua significa "paloma", es hoy una de las cantantes y compositoras más reconocidas en el campo de las nuevas músicas colombianas y el jazz latinoamericano.
Su propuesta se caracteriza por mezclar sonidos tradicionales de las costas colombianas mezclados con jazz y otros géneros del mundo, propuesta que se ha fortalecido a lo largo de 10 años de exploración e investigación en su carrera como solista.
“Cuando era niña, en mi casa se escuchaba jazz. Mis padres tenían una mezcla de repertorios como canción social, Mercedes Sosa, Pablo Milanés, pero había una franja de jazz con Javeriana Estéreo, y yo escuchaba a las cantantes haciendo scat, (juegos vocales sin palabras, solo con el registro de su voz) y eso me encantó”, dice Urpi Barco.
Luego, aunque tenía más cercano el folclor y la música de las costas pacífica y caribe, o el pop, en la universidad empezó a estudiar jazz de manera más dedicada y a comprender su lenguaje.
“Cuando empecé a trabajar con músicos de jazz me empecé a dar cuenta de la gran comunicación y apertura que había. El jazz, más allá de un género, es un lenguaje y una forma de ver la música. Con él se puede improvisar, interactuar y jugar y permite poner a dialogar músicas de diferentes lugares, que fue lo que me gustó tanto”, dice la artista.
El año pasado Urpi Barco lanzó su EP 10 años de sueños, que resume su carrera solista como cantante de jazz.
“Cuando decidí hacer mi primer disco, llamado Sueños, en ese momento no había mucho movimiento en cuanto a lo vocal, ni de jazz colombiano como hoy lo conocemos de manera más formal, se utilizaba mucho la palabra fusión (…) Y cuando hago este disco es que me presento más en la escena de jazz, y descubrí que fue una propuesta bien recibida a pesar de que había pocos escenarios y era difícil difundirlo. Ahora hay muchas nuevas generaciones interesadas en el jazz y las músicas colombianas, así como la improvisación. Y ver nuevas figuras femeninas es maravilloso”, dice Urpi Barco.
Hoy la artista ha logrado un equilibrio entre composiciones propias y otros arreglos de canciones que le han gustado por el camino. Su repertorio es amplio y da cuenta de su evolución y de sus cambios como individuo.
“Ser mujer en el medio del jazz es una experiencia linda, pero difícil. Ser cabeza de proyecto independiente no es fácil y aún sigo buscando escenarios. En el jazz se siente mucho el machismo, pero cada vez se abren más escenarios para la mujer (…) Hace muchos años decidí hacer solo mi música y no dedicarme a otros proyectos o hacer covers, así que cada vez que me subo al escenario es a mostrar lo que yo hago, y eso tiene un costo, obviamente, pero he sido afortunada y eso me da felicidad”, cuenta la artista, quien también es docente universitaria.
Urbi Barco y su cuarteto acaban de llegar de gira por México y se presentarán este domingo en Festival Jazz Libre, en el Teatro Libre del centro a las 4:00 p.m, en el marco del Día Internacional del Jazz, que se celebra cada 30 de abril.
El Festival Jazz Libre es la transformación del Festival Internacional del Teatro Libre de Bogotá, que tuvo 38 versiones y fue uno de los primeros festivales de jazz que hubo en Colombia y en Latinoamérica. Desde el año pasado han retomado con la idea de innovar, sin descuidar su herencia y su legado.
“En esta segunda versión del festival queríamos conservar nuestra vocación jazzística pero también imprimirle un nuevo aire, así que nos desmarcamos de los grandes festivales del segundo semestre del año y apostamos a los grupos locales. En esta ocasión participa el grupo que ganó nuestro festival del año pasado, Jackson Martínez, ya que fue un concurso, y otros grupos como Ana María Oramas, Jonathan Krause Cuarteto y Urpi Barco”, cuenta Fabián Velandia, director del Teatro Libre.
Una de las principales razones para hacer el festival es brindar espacios a la nueva escena de jazz que se está configurando en la ciudad.
“En lo que hemos visto de la escena local hay una necesidad gigante de seguir haciendo jazz y de ponerle un sello propio. Sigue vivo ese deseo de experimentar que es tan característico del jazz. Hay mucho talento y nos sorprende desde el año pasado la cantidad de personas inscritas al festival, lo que demuestra que hay muchos artistas creando, así que hay que darles visibilidad, entre más espacios haya, podemos cautivar más público, y eso solo es bueno para la ciudad y los artistas”, dice Fabián Velandia.
“Ha cambiado mucho el circuito de jazz en Bogotá, los lugares donde yo antes tocaba, muchos ya no están, se está renovando la escena. Hay lugares donde se hacen ‘jams’ (jornadas de improvisación) y se comparte. Casa de Citas, en el Centro, que ha estado desde que me acuerdo, es un gran lugar, al igual que San Café Jazz Club. Y los festivales de jazz indiscutiblemente, como Jazz al Parque, que es un tesoro, porque es donde se generan esos encuentros importantes frente a este género. Mucha gente cree que Latinoamérica no es de jazz, pero la escena es gigante y hay mucho movimiento juvenil que la está renovando”, puntualizó Urpi Barco.