Tejiendo los sueños de la mujer mayor en Bogotá

Desde hace cuatro años la Corporación Gaita Viva, que fomenta los derechos y la cultura con perspectiva de mujer, ha emprendido un proyecto llamado Tejiendo sueños de mujer en Bogotá, una apuesta por una ciudad incluyente de la mujer mayor.

Dicha iniciativa ha sido ganadora de un Programa de Apoyo Concertado de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte en la línea de Ciudad Incluyente. Por ello, queremos resaltar su trabajo para conmemorar el Día Nacional de la Mujer Tejedora, que se celebra cada 13 de julio para rendir tributo a este oficio artesanal y milenario.

Esta es una actividad que Gaita Viva desarrolla a través de talleres de tejido con mujeres mayores de 60 años, que conforman ciclos de trabajo con las manos, lo que permite reparar en la belleza de las cosas físicas.

“De esta manera queremos que nuestras mujeres, a partir del tejido individual y colectivo, también compartan y aprendan sobre el empoderamiento y mitigación de las violencias”, indica Sonia Lucía Rangel, representante de la Corporación Gaita Viva.

Es así como en el último año se ha tejido una red de apoyo de 60 mujeres por toda la ciudad, que es muy importante, porque la mujer mayor, después de criar a sus hijos y cuidar de sus padres o su pareja, se va quedando sola y con carencias, como explica Rangel.

“A fin de cuentas, el tejido es una conexión de puntos, que van creando también diferentes puntadas, que en la vida real son las relaciones que tejemos, son nuestros vínculos cercanos. Cuando una persona está sola y no tiene redes de apoyo se producen carencias de tristeza, de soledad y de abandono. Por eso con este hilar queremos trabajar estas redes sociales que generan puntos de conexión con otras personas”, comenta Rangel, quien también es antropóloga de profesión.

Por ahora, este año la Corporación Gaita Viva ha tejido redes con mujeres de la localidad de Barrios Unidos y Engativá, quienes al finalizar el ciclo de cinco talleres, han hecho murales de gran formato tejidos en macramé en los que ha participado cada una de las integrantes, que a la par de este ejercicio aprenden sobre sus derechos y oportunidades en la sociedad.

Dicho tejido queda en la comunidad, ya sea en la Junta de Acción Comunal, la parroquia, o algún otro lugar representativo, como símbolo del trabajo que han hecho, cuyo acto se hace en medio de una celebración con música y danza de agrupaciones de mujeres más jóvenes, con el fin de que reconozcan talentos entre ellas y promover la importancia de un relevo generacional.

Dentro de las actividades contempladas en el proyecto también hay un enfoque de narrativas culturales, en el que las mujeres recuerdan su historia de vida y aprenden a reconocer sus capacidades, y también hay talleres terapéuticos, en los que aprenden a elaborar productos como jabones o aceites esenciales.

“Por eso estamos tejiendo sueños de mujer por Bogotá, en un proceso de eliminar barreras para la mujer mayor, conformando red a través de los tejidos. El tejido ha hecho parte de la historia personal y colectiva de las mujeres porque así hemos sido formadas. Hasta las más chicas saben tejer una manilla o un cinturón y conocen alguna puntada. Esto nos ha permitido tener habilidades motrices, pero también nos ha permitido tejer la palabra, es el encuentro con otras para hablar de nuestros intereses”, asegura Lucía Rangel, por ello la apuesta a no abandonar esta práctica cultural y artística, pues a través de ella las mujeres pueden seguir generando reflexiones sobre su papel en la sociedad.