Teatro Jorge Eliécer Gaitán, patrimonio de la ciudad. Un llamado a la reflexión.

El centro de Bogotá es un territorio rico y diverso, reconocido por su valor patrimonial y su intensa vida artística y cultural; históricamente han transitado por sus calles principales no solo una, sino cientos de marchas y manifestaciones que responden a uno de los derechos más sagrados de la constitución, la libertad de expresión. Pero toda libertad trae consigo nuevas responsabilidades, el patrimonio arquitectónico o artístico son espacios sagrados que deben respetarse, entendiendo que en ellos está grabada nuestra historia y el anhelo de una sociedad que ha decidido preservar la memoria en esos lugares.

El Planetario, la Cinemateca y el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, que está próximo a cumplir 50 años, son algunos de los escenarios más emblemáticos de la ciudad y el reflejo de una Bogotá que habla y se expresa a través del arte y la cultura. Conservar y potenciar estos escenarios es una responsabilidad que nos concierne a todos, destruirlos es atacar nuestra historia, nuestra identidad.

La protección y el respeto de los bienes culturales son cruciales para una sociedad, la violencia no será nunca un argumento válido, por eso nada justifica el ataque que sufrió el Teatro Jorge Eliécer Gaitán el pasado 8 de marzo, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Un día colmado de razones para conmemorar y reivindicar sus luchas afirmativas por la igualdad, por sus derechos, para construir y transformar desde el diálogo una sociedad más justa y equitativa, para proteger y cuidar la vida y abogar por las identidades diversas.

Reconocemos el poder de las mujeres como creadoras y cuidadoras, demostrando a la sociedad que desde cualquier ámbito son lideresas. Las mujeres han salvado a Bogotá gracias a sus acciones de cuidado y nuestro llamado es precisamente a cuidar los espacios culturales y protegerlos como parte de lo que somos. 

Por eso, rechazamos con tristeza estas acciones. Las puertas de nuestros escenarios estarán siempre abiertas para abrir conversaciones, debates, reflexiones sobre la ciudad.

Las y los invitamos a construir, a encontrarnos a pesar de las diferencias y a disfrutar con respeto de la maravillosa vida cultural que habita en cada uno de nuestros espacios.