Sumamos nuestra voz a la despedida de Juan Gustavo Cobo Borda

Es al menos parcialmente injusto que quienes dedicaron su talento a conseguir versos inmortales deban pasar, aun así, por el trámite, impostergable y en ocasiones aburrido, de la muerte. Un poeta, sin embargo, nunca se muere del todo, o se muere quedando, durando todavía desde el otro lado del silencio, en su legado de palabras, cobrando nuevo aliento cada vez que alguien en alguna parte retoma alguna de sus líneas para darle sonido a lo inefable.

Despedimos este lunes a Juan Gustavo Cobo Borda, poeta, editor, crítico literario, parte de la ‘Generación sin nombre’ que no hizo otra cosa que preguntarse por los nombres múltiples que servían para nombrar nuestra realidad. Buscador de la renovación del lenguaje, la obra de Cobo Borda, tanto sus textos poéticos como las colecciones que curó para diversas editoriales, como los ensayos que encontraron en la Revista Eco su material humano, seguirá trazando caminos, desde la problematización académica y la contemplación desprevenida, en la lírica colombiana.

A su familia, amigos y amigas, nuestro abrazo de compañía y solidaridad.