La cultura, bandera de la juventud afro en Ciudad Bolívar

Este 31 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Afrodescendientes, una fecha para recordar la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales de este pueblo, que tantos aportes hace a la Bogotá multicultural que somos.

Es por ello que resaltamos el trabajo de Adiela Dagua Aponzá, una mujer afro que llegó a Bogotá en 1975 para convertirse en una lideresa y defensora de la cultura afro, aunque en ese momento no lo sabía. Se instaló en la capital en busca de mejores oportunidades, después de terminar bachillerato en su pueblo natal, Puerto Tejada, Cauca. Para entonces tenía 15 años, ya había fallecido su madre y su padre estaba muy enfermo.

Entonces llegó al barrio La Coruña de Ciudad Bolívar, se estableció en este lugar (en el que hoy vive muy feliz) y estudió secretaría. Un tiempo después, gracias a un amigo, consiguió su primer trabajo en una entidad pública. “Allí una compañera dijo que lo peor que le había pasado a la entidad era que llegara una secretaria negra”, comenta Dagua.

“Aquí el racismo ha sido marcado. No me atrevería a decir que ahora menos. Pero para mí fue tremendo porque yo venía de un pueblo donde personas negras y mestizas éramos uno solo, de hecho, se casaba el mestizo con la negra, es la misma cultura, la única diferencia es el color de la piel, eso me dio muy duro”, cuenta esta lideresa afro.

Sin embargo, por las venas de Adiela corre sangre cimarrona y con el paso del tiempo se fue ‘curtiendo’, como ella lo dice. Su sentido humanista y de conciencia colectiva la fue llevando a liderar importantes procesos por la inclusión del pueblo afro en Bogotá, a pesar de amenazas y desplantes, enfocando su trabajo en las mujeres y en los jóvenes. Ayudó a conformar las primeras organizaciones de mujeres afro en la ciudad, estuvo en la constituyente y en la conformación de la Ley de Comunidades Negras.

Aunque ha defendido los derechos de las comunidades afrodescendientes desde todos los ángulos, hoy es la cultura la herramienta con la que está obteniendo excelentes resultados, empoderando a talentosos jóvenes de la localidad de Ciudad Bolívar, para que, a través de la música y la danza, establezcan su proyecto de vida y se sientan orgullosos de su cultura.

“A través de procesos consultivos hemos venido fortaleciendo mucho las escuelas de formación artística y cultural en Ciudad Bolívar, una localidad con muchos jóvenes negros que están enfocados en la música y en la daza en vez de involucrarse en problemas de drogadicción”, afirma Dagua.

Precisamente, a través de la Beca Es Cultura Local, de la Secretaría de Cultura Recreación y Deporte, el proyecto de Escuelas de Formación Artística y Cultural en Danza y Música se ha visto fortalecido. Actualmente hay alrededor de 10 escuelas, en las que participan alrededor de 250 jóvenes. Unos tocan la chirimía, otros montan coreografías de ritmo exótico (que surgió en Chocó, de donde viene la mayoría de la población afro que vive en Ciudad Bolívar), y otros practican bailes folclóricos colombianos o danza africana, lo que ha hecho que las casas de cultura no den abasto.

“Me siento muy feliz porque acá en la localidad hemos levantado mucho el proceso organizativo de las comunidades negras. Lo mejor de esta formación es que los muchachos han visualizado su identidad, tienen mayor autoestima, se apoyan entre unos y otros y han fortalecido sus capacidades”, cuenta Dagua, con la voz entrecortada. “Los muchachos tienen una inquietud de buscar oportunidades y es necesario que vivan dignamente de lo que hacen, porque ellos son artistas”, agrega.

Los primeros jóvenes que se formaron ahora son profesores de las nuevas escuelas, y el reto actual está en fortalecer el proyecto con la inclusión de nuevos géneros y que los jóvenes reciban ingresos dignos por su trabajo y esfuerzo, labor que para Adiela y su familia es su razón de vida, ya que el talento en la localidad de Ciudad Bolívar es inagotable.