Experiencias colectivas de cultura que nos forman como sociedad

Este fin de semana, la ciudad volvió a ser el escenario del festival de rock gratuito más grande de Latinoamérica. Con toda la fuerza que tiene la música para conectar intenciones y propósitos, con toda la belleza que es capaz de surgir cuando las personas vibran al unísono, con todo el trabajo y toda la maravilla que trae siempre consigo, este año Rock al Parque volvió a tomarse los escenarios para que bajo el sol y la lluvia las voces de bogotanos, bogotanas y visitantes se unieran en un solo canto, en una misma celebración de la vida y el encuentro.

Hubo más de 95.000 personas este fin de semana en el Festival que sin duda forjaron millones de recuerdos. Anécdotas que se contarán a lo largo del año que resta para construir una nueva versión del Festival. Hallazgos musicales y vitales que entrarán a enriquecer la experiencia de cada asistente. Descubrimientos sobre sí mismos, y sobre la ciudad, que ahora pueden compartir con los demás. Rock al Parque sigue siendo la más grande muestra de que los festivales al parque merecen la pena, y de que allí, en medio de la música, el baile y el canto, cuando nos mezclamos en una espiral vital que demuestra el poder transformador del arte y la cultura, conseguimos ser esa ciudad creadora de la música de la que nos enorgullecemos.

Los cuatro días de Rock al Parque harán vibrar a la ciudad. Este sábado y domingo tuvimos la oportunidad de demostrar que nuestra hospitalidad no se detiene, y que no sólo al aire libre compartimos con quienes desde todo Colombia asistieron para escuchar a sus artistas favoritos, todos los espacios culturales seguirán siendo escenarios de descubrimiento o de reencuentro para las personas que gracias a Rock al Parque disfrutan de nuestra Bogotá. Y para nosotros, los locales, continuará siendo una maravillosa excusa para recordar por qué llevamos a Bogotá en el corazón, para comprobar la diversidad que es nuestra mayor riqueza, para entendernos de nuevo como una ciudad que vive el encuentro desde el cuidado mutuo, que sabe que para disfrutar la belleza son esenciales el respeto y la capacidad de asombro.

Hay un momento, en medio de la masividad del concierto, cuando todas las voces se confunden, se hacen una sola, y consiguen armonizar como nunca antes. Es en ese instante en donde suena la voz de Bogotá, esa voz clara y contundente que gracias al arte y la cultura puede expresarse. Este año, con el regreso de Rock al Parque, pudimos volver a oírla de nuevo con plena claridad.

De todos y todas depende que siga sonando. Lo hará si sumamos nuestra propia voz a la que habla de cuidado, de arte y cultura, de recreación y deporte en Bogotá. Lo hará en cada concierto, en cada obra de teatro, en cada espectáculo de danza, en cada cine, en cada parque, en cada biblioteca, en cada escenario donde haya un bogotano o una bogotana dispuesta a crear con los demás.

Espero que la sigamos oyendo siempre.

Feliz semana.

Catalina Valencia Tobón

Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte