Niños y niñas también construyen ciudad a través de los Consejos Consultivos
Este 29 de abril se celebra el Día de la Niñez en Colombia, una fecha que promueve la protección de derechos de los niños y las niñas y destaca el papel que tienen las personas adultas en el bienestar de la infancia.
En ese sentido, es importante resaltar el trabajo de los Consejos Consultivos de Niños, Niñas y Adolescentes, que desde hace 3 años se llevan a cabo en las 20 localidades de Bogotá. Estos son espacios donde representantes de la infancia y la adolescencia de la ciudad comparten ideas y apoyan proyectos que benefician a su comunidad, proponiendo soluciones para ejecutar a nivel local o barrial.
Es el caso de Ashly Herrera Cifuentes, quien tiene 15 años y vive en la ruralidad de Usme, en la vereda Olarte. Históricamente su familia ha vivido en esta vereda y se ha dedicado a las labores del campo, por lo que su aporte en el consejo local de niños y niñas ha sido desde las tradiciones del campo y la cultura campesina.
Ingresó a los Consejos Consultivos para Niños, Niñas y Adolescentes a sus 12 años, por insistencia de su mamá, pero a medida que avanzaban las sesiones empezó a interesarse más por este tipo de participación y a reconocer su importancia.
“Hemos trabajado mucho por el cuidado del medio ambiente. Tenemos una iniciativa que se llama Bonsai Usmeka, que busca minimizar el calentamiento global en la zona de páramo o en el bajo Sumapaz, en la localidad de Usme. Hemos hecho plantaciones de árboles nativos en las veredas altas y en el Parque Entre Nubes. Los consejeros de Usme queremos que no se pierda el páramo, que haya buena fauna y flora y que no perdamos nuestros conocimientos ancestrales”, cuenta la consejera local.
Los consejeros pueden participar, ya sea por convocatoria o por decisión propia, desde los 7 años hasta los 14 años de edad. Este año está en desarrollo el proceso de elecciones para el periodo 2023 - 2025, mediante el cual serán seleccionados 12 niños y 12 niñas y adolescentes de cada localidad de Bogotá, que trabajarán entre dos y cuatro sesiones por mes para remediar las problemáticas de sus comunidades.
“Es muy chévere estar en estos espacios porque conocemos la realidad de otros niños y niñas y nos enriquecemos de conocimiento. Por ejemplo, había niños de la zona urbana que no sabían que aquí hay árboles nativos y pensaban que el pino era un árbol bueno, cuando en realidad es una especie invasora para la zona. También hemos aprendido a escucharnos y a participar, ya que había niños muy tímidos que han mejorado sus habilidades. Hemos tenido muchas ganancias y muchos chicos han entendido que la ciudad no existe sin el campo, por eso hay que cuidar las fuentes hídricas y valorar el trabajo de sembrar alimentos”, cuenta Ashly, quien termina este año su último periodo como consejera de Usme.
Los niños, niñas y jóvenes del consejo de Usme también han puesto sobre la mesa propuestas en temas de seguridad, de recreación, consumo de sustancias psicoactivas, así como la disposición de las basuras y el maltrato animal.
“A veces los adultos no se dan cuenta de que hay parques dañados y los niños necesitamos espacios de recreación para satisfacer nuestros ideales de juego. También hay personas que consumen sustancias psicoactivas en los parques y dan mal ejemplo, y causan que estos espacios se conviertan en centros de consumo y los niños dejen de ir por el ambiente de inseguridad que se genera”, asegura la consejera local.
“Nos sentimos muy felices porque ahora tenemos un espacio para que nos escuchen. Hay problemas que nos afectan a los niños y niñas y a veces las personas adultas no se dan cuenta, pero ahora hay personas expertas que no solo nos enseñan cosas, sino que nos ponen atención en nuestras problemáticas y en nuestras opiniones, por lo que sentimos que si podemos hacer un cambio en nuestra localidad”, cuenta la joven.
En la vereda Tocaimitas también hicieron una jornada de atención a animales abandonados a causa de una avalancha que destruyó varias casas, situación que dejó a muchos perros en la intemperie. Los consejeros y consejeras fueron a su rescate con un equipo de la Defensa Civil y les consiguieron alimento a través de una fundación.
“Invito a los niños y niñas a que se postulen para que den cuenta de todas las problemáticas en estos espacios de participación donde serán escuchados y podrán generar iniciativas para dar soluciones. Además, van a aprender sobre liderazgo en la comunidad y a nivel distrital. Ojalá que estos espacios no se pierdan y podamos construir una Bogotá para los niños del futuro”, menciona Ashly Herrera.
En Bogotá hay 1 784 054 niñas, niños y adolescentes, siendo un 23% de la población que necesita ser tenida en cuenta para la construcción de una ciudad para todas y todos. Este propósito de la administración se cumple a partir de escuchar sus voces.
