Andreína Seijas reflexiona sobre la Bogotá 24/7 en 'Cultura en Iberoamérica: Conversaciones desde Bogotá'
La experta venezolana Andreína Seijas fue invitada al videopódcast Cultura en Iberoamérica: Conversaciones desde Bogotá en el marco de las XIV Jornadas Internacionales de Ciudades Creativas Kreanta, para conversar con Viviana Ramírez, líder de la estrategia Bogotá 24/7 de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. Desde su experiencia en la gobernanza y planificación de las ciudades nocturnas, Seijas compartió los principales retos y oportunidades que tiene Bogotá para consolidarse como una ciudad activa, segura y creativa durante la noche.
La noche: parte esencial de la ciudad
“La noche es la otra mitad del día”, señaló Seijas, enfatizando en que las políticas urbanas deben dejar de ver la nocturnidad como un problema y comenzar a gestionarla de manera proactiva y sostenible.
Durante décadas, explicó, la noche fue un punto ciego de la planificación urbana, “pero en los últimos veinte años ha surgido el campo de los estudios nocturnos, que plantean la importancia de pensar de manera proactiva la gestión de la noche. Esto supone entender y estudiar cuáles son las dinámicas nocturnas de una ciudad para poderlas entonces gestionar y organizar de una manera más sostenible”, contó.
Desde su investigación doctoral en la Escuela de Diseño de Harvard, Seijas identificó tres mitos que obstaculizan el desarrollo de políticas nocturnas efectivas en la región:
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Reducir horarios no soluciona los problemas. La reducción de zonas y horarios genera concentración de usos, y con ello, más ruido, violencia o criminalidad. Ciudades como Barcelona —donde Seijas trabaja— están apostando por el ocio de proximidad, con ofertas diferenciadas en cada barrio.
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Más control no significa mejor convivencia. La noche no es un espacio monolítico: no todos la vivimos igual. La edad, el género y el trabajo influyen en cómo la habitamos. Por eso, la planificación debe incluir la diversidad de actores y voces, desde los jóvenes hasta las y los trabajadores nocturnos.
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La noche no es solo ocio. Además del entretenimiento, la noche sostiene sectores esenciales: salud, logística, call centers, industrias culturales. Seijas insistió en mirar la nocturnidad más allá de la fiesta y reconocerla como motor económico y social.
Patrimonio nocturno como identidad
“La cultura es indispensable para tener seguridad: una ciudad habitada de noche es una ciudad más segura”, afirmó la experta. También resaltó el papel de los espacios culturales y musicales como lugares de identidad y memoria colectiva. Cuando cierra un bar o un venue de conciertos no perdemos solo un local: perdemos parte de la historia del barrio y de la ciudad.
Por eso propuso valorar el patrimonio nocturno, entendiendo que “los lugares que nutren la identidad de una localidad deben ser protegidos frente a la turistificación y las presiones inmobiliarias”. También mencionó políticas internacionales como el Agente de cambio —implementada en Reino Unido y Australia— que protege a los establecimientos culturales frente a nuevos desarrollos urbanos.
Según Seijas, una estrategia nocturna sólida debe partir de cuatro elementos: una visión compartida, construida a través del diálogo y la participación ciudadana. A partir de esa base se elabora un inventario de activos nocturnos que identifique dónde y cómo se distribuye la vida cultural de la ciudad. Con esa información se definen indicadores de impacto que permitan medir los avances y orientar las decisiones. Finalmente, se consolida un modelo de gobernanza con figuras como alcaldes o gerentes nocturnos, adaptadas a las particularidades de cada territorio. “Primero hay que tener información —subrayó Seijas— para luego definir qué modelo de gobernanza necesita la ciudad”.
Entre los casos internacionales destacados, Seijas mencionó a Sídney, con la oficina nocturna más grande del mundo y un enfoque de bienestar y trabajo digno para los trabajadores nocturnos.
También resaltó a Barcelona, que ha pasado de una visión turística a un modelo de gobernanza que busca equilibrio entre vida cultural, descanso y vivienda.
Bogotá, explicó, puede inspirarse en estrategias de apropiación cívica, como los anfitriones nocturnos de Ámsterdam: “voluntarios que ayudan a prevenir conflictos o una posible situación de crisis antes de que se convierta en una crisis”. Estos enfoques, dijo, “reducen la violencia y el ruido sin necesidad de aumentar la fuerza policial”.
Recomendaciones para Bogotá 24/7
Para consolidar una Bogotá viva también de noche, Seijas recomendó fomentar la innovación y los nuevos modelos de negocio culturales; promover el diálogo público-privado y los incentivos basados en datos y reconocer la noche como espacio de bienestar y socialización, no solo de ocio. “Estamos en una guerra contra el sofá”, dijo, refiriéndose a la sobredigitalización del entretenimiento. “La noche debe recuperar su papel como espacio de socialización, conexión, confianza y tolerancia”.
Finalmente, Seijas llamó a artistas, gestores y ciudadanía a sumarse a la transformación de Bogotá 24/7: “Bogotá tiene la oportunidad de convertirse en referente latinoamericano en la gestión eficiente de la noche”, concluyó.


